Congregación

Quienes Somos

Dominicanas de Nuestra Señora del Rosario de Monteils, somos una Congregación Religiosa, de derecho pontificio, fundad en Bor, Aveyron, en 1850, y asociada a la Orden de Santo Domingos en 1875.












Historia

La congragación de las Hermanas Dominicanas de Nuestra Señora del Rosario de Monteils nació por gracia de Dios, por el insistente pedido y oración del párroco de Bor, Padre Jean Pierre GAVALDA. Fue oficializada el 30 de marzo de 1850, por Jean François Croizier, obispo de Rodez, sur de Francia, Departamento de Aveyron.

En Bor, como el las aldeas vecinas, en aquella época, los niños crecían sin instrucción. La tasa de analfabetismo era alta y eso preocupaba mucho al Padre Gavalda. Párroco muy entusiasta, asumió él mismo la formación religiosa de sus preferidos niños, y lo hacía con perfección. Pero no era lo suficiente.

Preocupado con la falta de instrucción abrió con sus propios recursos una escuela para niños y otro para niñas. Esas escuelas asumidas por religiosos y religiosas llegados de otros lugares tuvieron un inicio promisor, pero en poco tiempo, serias dificultades provocaron la salida de los hermanos de Saint – Viateur como de las hermanas de la Sagrada Familia de Villefranche.

¿Qué hacer para dar continuidad al trabajo de educación iniciado y tan necesario? Hombre fanático, corajoso y obstinado en busca del bien, Padre Gavalda empezó a alimentar en el corazón otro proyecto: fundar una Comunidad con chicas de la religión, que él mismo fromase de acuerdo con las necesidades de su parroquia. Así sus escuelas pudieron funcionar como él tanto deseaba.

Cerca de él vivía una sobrina, Virginia Gavalda, muchacha inteligente, educada y que tenía la idea de ser religiosa. Algunas muchachas de la parroquia querían también consagrarse a Dios. Sería, pues, tan difícil fundar un convento para hacer funcionar una escuela, se preguntaba Padre Gavalda. Con el apoyo de su hermano, Padre Jean François, Virginia aceptó la invitación de su tío para hacer parte del proyecto de fundación de una comunidad religiosa. En este tiempo, Padre Artières, pariente del Padre Gavalda, le trajo una buena noticia: su sobrina Alejandrina había manifestado el deseo de consagrarse a Dios. El proyecto no era más apenas un sueño. Estas dos jóvenes serían la columna maestra de la Comunidad. Ellas serían las fundadoras del Instituto. Envió entonces, sus dos sobrinas, para ser formadas en la comunidad religiosa de las Hermanas de Notre Dame, en Saint Julien d’Empare.

Cuando recibieron el hábito religioso, Virginia se tornó Hermana María Josefa y AleJandrina, Hermana María Anastasie. Después de 6 meses de formación, por insistencia de Padre Gavalda, ellas regresaron a Bor el 31 de diciembre de 1849 y al día siguiente, con el inicio de las clases, inició la fundación. Por el privilegio de la edad, Hermana María Josefa fue nombrada superiora a los 24 años; Hermana María Anastasie se quedó responsable de la escuela, con la edad de 17 años. El 8 de octubre de 1851, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, Hermana Anastasie fue nombrada Maestra de Novicias y ya era el alma de la comunidad. La Hermana María Josefa no era hecha para la vida religiosa. Poco a poco, quedó claro que ella no tenía convicción de su vocación. La situación se agravó con el recorrer de los años, hasta su salida del convento, en Septiembre de 1862. Madre Anastasie tenía 29 años cuando, por la salida de su compañera, se encontró al frente del Instituto. El 10 de octubre de 1862, fue designada por sus Hermanas como Priora de la Comunidad, de la cual era desde el inicio la verdadera madre. En el año siguiente, en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, ella hizo sus votos perpetuos con un primer grupo de ocho hermanas. Estaba fundada la Congragación del Santo Rosario.

Anastasie tenía siempre a su frente objetivos claros. Buscó hacer reinar los principios de pobreza, como siendo el mejor instrumento para una vida espiritual profunda. Daba, siempre, perfecto ejemplo de caridad, de obediencia al proyecto de oración, buscando en Dios la luz que necesitaba para tener visión nítida y exacta de la realidad, uniendo contemplación y acción.

“Bor, se convierte, así, una tierra de Dios, un camino de su Reino, donde la voluntad del Padre es cumplida”. Luego el Convento se tornó pequeño para acoger el gran número de jóvenes, atraídas por la vida santa de las Hermanas, admirando su vida regular, su bella liturgia.

La reputación de las Hermanas venía también de la Competencia profesional, indispensable, exigida por Anastasie. No fue solamente en el campo de la enseñanza, actividad principal, pero fueron marcadas por una gran abertura social, y preparadas para la asistencia a los enfermos, que realizaban a través de visitas a las familias. El Convento estaba siempre abierto para acoger.

Pedidos llegados de alcaldes, párrocos y de otras personas, hacían multiplicar las comunidades. Su confianza sin límites en la Providencia y cierta de cumplir la voluntad de Dios, clarea para Anastasie la necesidad de partir para nuevas fundaciones: “La expansión de una familia religiosa es la mejor prueba de su vitalidad”.

El primer paso es Monteils y luego se multiplican las fundaciones que suceden en otros países limítrofes con Francia: Italia, Bélgica, Bulgaria.

En 1885 la Congragación, pasado algunas indeterminaciones, providencias y preparativos, se sintió bastante fuerte para atravesar el Atlántico, a pedido de la Orden Dominicana, y se implantó en Brasil. Fue un primer grupo, de seis Hermanas, que se instaló en Uberaba. Las Hermanas fueron a vivir en la Antigua Santa Casa de Misericordia, donde funcionó el Convento y el Colegio, sobre la protección de Nuestra Señora de los Dolores. Ahí, las Hermanas se dedicaron a la educación y a los cuidados de los enfermos, compromiso que tenían desde el inicio de la fundación de la Congregación. En 1895 las Hermanas dejaron la Santa Casa y pasaron a residir en el Colegio. Las calificadas para la enfermería continuaron prestando servicio junto a los enfermos.

Nuevas fundaciones fueron realizadas: 1889, Ciudad de Goiás/GO; 1902, Conceição do Araguaia/PA; 1904, Porto Nacional/GO; 1910, Formosa/GO. Este fue el inicio de la inmensidad de pequeñas y grandes fundaciones.

La organización de las Comunidades Religiosas estaba sobre la jurisdicción del Gobierno General de la Congragación hasta la década de 40 cuando fue creado el Gobierno de conjunto.

El noviembre de 1960, las grandes distancias entre las casas, llevaron el Gobierno General a crear dos Regionales: Regional San Pablo y Regional Brasília, no con el objetivo de dividir, pero de facilitar un gobierno de conjunto.

El 21 de septiembre de 1970, la Congregación recibió la autorización para la creación de tres Provincias: Una en Francia y dos en Brasil, que más tarde pasó a ser tres sólo aquí. En Francia, también fue creado una Provincia más y también un Vicariato en Vietnam.

El Regional San Pablo recibió la denominación de Provincia Nuestra Señora del Rosario.

Misión

La misión está enraizada en el Verbo Encarnado que: Nos revela el amor del Padre. Asume los valores humanos en la reconciliación con Él. Nos libra por pascua. Reúne, en la unidad del espíritu, el nuevo pueblo de Dios.

Tenemos conciencia de que la misión es la misma esencia de la Vida Religiosa Dominicana que es llamada a anunciar la Buena Nueva de Jesús Cristo por la predicación de la Palabra y el Testimonio Profético de nuestra vida personal y comunitaria en las situaciones variadas, coyunturas y estructuras y en las diferentes épocas y lugares.

En este sentido buscamos, a través de nuestras actividades educativas, sociales, pastorales y en el área de salud, promueve la formación humana cristiana, en una atención particular a los pequeños y a los pobres, empeñándonos para combatir toda de discriminación.

“Ser Dominicana es, de hecho, estar atenta al despliegue y al sentido de lo sucedido y discernir la novedad de Dios en la Cultura, en las aspiraciones y en los sueños de la humanidad” (Actos XXII Cap. General – Fray Josaphat).

Governo Geral
Priora Geral
Soeur Regina Azevedo Soares

Conselheiras
Soeur Marie Thérèsa Kim
Soeur Myriam Auslander
Soeur Danize Mata
Soeur Marie Jean Baptiste
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