Santo Tomás de Aquino

    Se conmemora hoy la trasladación, para  Toulouse (1396), de las reliquias del santo, que fueron, entonces, depositadas en la bella iglesia de los Jacobinos. Permanecieron ahí hasta le revolución francesa (1792). Los restos mortales de Santo Tomás volvieron a ese lugar, en 1974, después de la restauración de esa iglesia.

    Todos conocemos las grandes etapas de la vida de estudios de Tomás de Aquino. Primeramente como estudiante, después como profesor, viajó mucho desde el Monte Casino, cerca del cual naciera en 1255, hasta Colonia, París, Roma y Nápoles, antes de morir en el convento de los Cistercienses de Fossanova, cuando se dirigía a León, para el Concilio, el 7 de marzo de 1274. Ese teólogo excepcional  fue, antes de todo, verdadero hijo de Santo Domingos, cuya Orden escogió  mismo contra los deseos de su familia, en 1244.

    Maestro en Teología, permaneció toda la vida rigorosamente fiel a las Constituciones de la Orden: el servicio de la Palabra, en la pobreza mendicante, asumió para él el carácter de un trabajador teológico incesante, conducido por la busca contemplativa de Dios, y por el deseo de compartirla. La Orden reconoce en él un maestro y un modelo para alcanzar una mejor comprensión de la Palabra de Dios (cf.LCO, n. 82).

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