Beato Manés de Guzmán

    Nació en Caleruega (actualmente parte de la provincia de Burgos) hacia 1170, España. En 1215 entró para la Orden. Cuando Santo Domingo, el día 15 de agosto de 1217, dispersó sus primeros religiosos para fundar conventos en Europa, Manés fue mandado para París y colaboró en la fundación del famoso convento de Saint-Jacques. Conociendo el temperamento contemplativo del hermano, Santo Domingo más tarde lo transfirió para Madrid, a fin de que cuidara de la asistencia espiritual en el Monasterio de las monjas dominicas. Al tomar conocimiento, en 1234, que su hermano fray Domingo fuera canonizado, fray Manés partió para Caleruega, donde tejió el elogio de nuevo Santo y sugirió la construcción de una iglesia en la ciudad donde ambos habían nacido. Fray Manés murió en Gumiel de Izan por el año de 1235, y allí son veneradas sus reliquias. Rodrigo de Cerrato lo describe como “Predicador ardoroso, amable, humilde, jovial y bueno”. Fue beatificado por Gregorio XVI, en 1834.

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